Me asome a la ventana y… ¡No podía creer lo que
estaba viendo!
Acababa de
levantarme, cansado y confuso me acerqué a la ventana y creía que estaba en un
sueño no podía creer lo que estaba viendo. Sin creérmelo demasiado froté mis
ojos, ya que veía un poco borroso y pude observar con claridad que el invierno
había llegado. Observé el suelo cubierto de nieve, hacia muchísimo frio, los árboles
vestidos de blanco…Rápidamente baje las
escaleras donde me esperaban mis padres para desayunar. Comí a toda prisa, me
puse la ropa de nieve, cogí mi trineo y me dirigí a casa de mi amigo Fran. Una
vez allí nos dirigimos a la zona de esquí donde estaban nuestros amigos
esperándonos para poder echar una carrera. Entre risas, carreras, caídas…pudimos
disfrutar de un maravilloso día. Cuando estaba deslizándome por la nieve oí una
voz que me decía: ¡venga arriba, cariño! Yo estaba muy confuso, no entendía
nada, de repente todo se nubló, no veía nada. Abrí los ojos y me desperté en mi
cama al final todo era un sueño, miré a la ventana y hacia un buen día, un sol
radiante y todavía quedaban cuatro meses para el invierno. Fin.
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